24/11/08
Un Oviedo con altibajos y sembrando alguna duda consiguió una nueva victoria, esta vez, por 3-1 ante el Lealtad de Villaviciosa que demostró el buen equipo que tiene y que no se explica su mala clasificación en la tabla.
El partido comenzó soso, sin claro dominador, aunque la inercia hacía que el balón rondase más el área del Lealtad que la de los locales aunque escasas oportunidades las que lograban fabricar ambos equipos, las más destacadas fueron un mano a mano de Jorge que estrelló el balón en el cuerpo de David y un tiro de Jaime desde la frontal cuando estaba en inmejorable posición que se encargó de desbaratar el meta.
Ambas ocasiones serían el preámbulo del primero gol local obra de Alex tras una internada de Villanueva que cedió al centro del área, el defensa Clemente despejó hacia atrás y dejo el balón para que el bravo jugador anotara de tacón. El delantero se encontraba en posición adelantada, hizo que el línea, en primer estancia, decretara fuera de juego, pero el arbitro principal Díaz Anzalone, corrigió a su asistente y dio validez al gol.
Tras el descanso el Oviedo salió hecho decidido a sentenciar y tuvo sus mejores minutos de juego con grandes combinaciones que desarbolaban una y otra vez a los maliayos que se ordenaban con calma y criterio, pero que les costaba parar a los azules. En una de esas jugadas un balón quedó suelto al borde del área para que un ofensivo Invernón pegase un zapatazo que se colaba esquinado a media altura, un gran gol que parecía que finiquitaba el partido. Los siguientes diez minutos fueron los mejores de los azules que empezaron a combinar muy bien y a enlazar jugadas de gol una tras otra, sobre todo por medio de Jorge Rodríguez que se plantó dos veces solo ante David, pero en ambas no se decidió entre el pase y el tiro y perdió las claras oportunidades. En otra gran jugada Curro abrió a Invernón que puso un centro medido a la cabeza de Alex que remató y el balón pasó rozando el poste en la jugad más bonita de la tarde.
Pero el Oviedo se empezó a diluir como un azucarillo y perdió intensidad, momento que el Lealtad aprovechó para hacerse más fuerte y empezar a combinar y a buscar los balones a la espalda a una, inexplicablemente, por el resultado, adelantada defensa oviedista. En uno de ellos una internada por la izquierda acabó con un centro que Hedrera en su despeje envió al porte de Aulestia.
La incertidumbre empezaba a sobrevolar el Tartiere por el extraño bajón de los locales, además esta no hizo si no aumentar tras el gol de los maliayos que, en otro balón a la espalda conseguían a notar y dejar abierto un partido que debió ser cerrado mucho antes.
Además no ayudaron los desacertados cambios de Raúl que metió a Méndez por Villanueva y el Oviedo pasó a jugar con cuatro delanteros lo que hizo que el equipo se partiera en dos dejando demasiado espacio entre líneas que ni Jaime, ni Curro, ni Pelayo cuando entró, supieron cerrar, pero que si lo aprovechó un superpoblado centro del campo visitante que se hizo con las riendas del juego hasta el final del partido aunque la buena actuación de la línea defensiva azul, con su máximo exponente Gonzalo a la cabeza hicieron que la sangre no llegase al río.
De todas maneras el Oviedo lograba sacar contras peligrosas una y otra vez como la protagonizada por Jorge que una vez mas se plantó solo ante David, pero su vaselina pegó en el larguero por la parte de arriba.
Ya en el descuento la enésima contra llevada por Jorge acabó con derribo de Carly a este en el área lo que supuso un claro penal que Cervero se encargó de materializar estableciendo el definitivo 3-1.
Resumiendo, parece que el Oviedo se vio tan sobrado por la racha de resultados que en la tarde de ayer se confió demasiado y le pudo costar un disgusto, un error que no puede volver a suceder y que sirva como escarmiento de que no todos los rivales del grupo son tan sencillos como los anteriores hasta aquí. La primera prueba contra los gallitos se saldó con aprobado raspado y con demasiados altibajos en su juego.
El partido comenzó soso, sin claro dominador, aunque la inercia hacía que el balón rondase más el área del Lealtad que la de los locales aunque escasas oportunidades las que lograban fabricar ambos equipos, las más destacadas fueron un mano a mano de Jorge que estrelló el balón en el cuerpo de David y un tiro de Jaime desde la frontal cuando estaba en inmejorable posición que se encargó de desbaratar el meta.
Ambas ocasiones serían el preámbulo del primero gol local obra de Alex tras una internada de Villanueva que cedió al centro del área, el defensa Clemente despejó hacia atrás y dejo el balón para que el bravo jugador anotara de tacón. El delantero se encontraba en posición adelantada, hizo que el línea, en primer estancia, decretara fuera de juego, pero el arbitro principal Díaz Anzalone, corrigió a su asistente y dio validez al gol.
Tras el descanso el Oviedo salió hecho decidido a sentenciar y tuvo sus mejores minutos de juego con grandes combinaciones que desarbolaban una y otra vez a los maliayos que se ordenaban con calma y criterio, pero que les costaba parar a los azules. En una de esas jugadas un balón quedó suelto al borde del área para que un ofensivo Invernón pegase un zapatazo que se colaba esquinado a media altura, un gran gol que parecía que finiquitaba el partido. Los siguientes diez minutos fueron los mejores de los azules que empezaron a combinar muy bien y a enlazar jugadas de gol una tras otra, sobre todo por medio de Jorge Rodríguez que se plantó dos veces solo ante David, pero en ambas no se decidió entre el pase y el tiro y perdió las claras oportunidades. En otra gran jugada Curro abrió a Invernón que puso un centro medido a la cabeza de Alex que remató y el balón pasó rozando el poste en la jugad más bonita de la tarde.
Pero el Oviedo se empezó a diluir como un azucarillo y perdió intensidad, momento que el Lealtad aprovechó para hacerse más fuerte y empezar a combinar y a buscar los balones a la espalda a una, inexplicablemente, por el resultado, adelantada defensa oviedista. En uno de ellos una internada por la izquierda acabó con un centro que Hedrera en su despeje envió al porte de Aulestia.
La incertidumbre empezaba a sobrevolar el Tartiere por el extraño bajón de los locales, además esta no hizo si no aumentar tras el gol de los maliayos que, en otro balón a la espalda conseguían a notar y dejar abierto un partido que debió ser cerrado mucho antes.
Además no ayudaron los desacertados cambios de Raúl que metió a Méndez por Villanueva y el Oviedo pasó a jugar con cuatro delanteros lo que hizo que el equipo se partiera en dos dejando demasiado espacio entre líneas que ni Jaime, ni Curro, ni Pelayo cuando entró, supieron cerrar, pero que si lo aprovechó un superpoblado centro del campo visitante que se hizo con las riendas del juego hasta el final del partido aunque la buena actuación de la línea defensiva azul, con su máximo exponente Gonzalo a la cabeza hicieron que la sangre no llegase al río.
De todas maneras el Oviedo lograba sacar contras peligrosas una y otra vez como la protagonizada por Jorge que una vez mas se plantó solo ante David, pero su vaselina pegó en el larguero por la parte de arriba.
Ya en el descuento la enésima contra llevada por Jorge acabó con derribo de Carly a este en el área lo que supuso un claro penal que Cervero se encargó de materializar estableciendo el definitivo 3-1.
Resumiendo, parece que el Oviedo se vio tan sobrado por la racha de resultados que en la tarde de ayer se confió demasiado y le pudo costar un disgusto, un error que no puede volver a suceder y que sirva como escarmiento de que no todos los rivales del grupo son tan sencillos como los anteriores hasta aquí. La primera prueba contra los gallitos se saldó con aprobado raspado y con demasiados altibajos en su juego.
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