Vergonzosa renovación


29/07/08

De vergonzoso hay que calificar que en la temporada entrante, la directiva del Oviedo se haya decidido por mantener a Terente a cargo del Vetusta. Tras el esperpéntico año anterior protagonizado por el entrenador del filial que evidenció, jornada tras jornada su ineptitud al frente de un equipo que debería haber subido con la gorra, pero que se quedó a, ni más ni menos, que a trece ¡trece! Puntos del Celtic de Puerto, un equipo de reciente creación y que en su primer año demostró a los ¿responsables? del equipo azul como se deben hacer las cosas para salir holgado de la segunda regional. No contentos con perder hasta 7 encuentros, la calamidad del ocupante del banquillo tuvo su punto álgido en el partido disputado contra el Masaveu, penúltimo clasificado, cuando el iluminado de Terente cometió el error de sacar en la alineación titular a solo dos sub –21, cuando la norma obliga a tres y, claro, el Oviedo fue sancionado con la perdida del encuentro (que había ganado en el campo) por 3-0 y se le descontaron tres puntos de su casillero por alineación indebida. Situación ridícula y que debió costarle el puesto inmediatamente.

La situación del Vetusta es una sarta de incongruencias, una detrás de la otra, un equipo que debería hacerse con base de jugadores sub-21, pero que la mayoría roza los treinta años, cuando no tienen a jugadores de 35 o que sirve a jugadores enchufados por el adlátere de turno para vestir una camiseta que ni en sus sueños debieron vestir o la alineación indebida del partido ante el Masaveu. Son muchas más pero solo con estos ejemplos se puede describir como no se debe dirigir un club, como se descuidan los detalles que nos conducen a la tercerización total, con gestos de equipo de barriada. Esto debe frenarse por el bien del Oviedo y no darle continuidad con la renovación de uno de los responsables del esperpento en lo que se esta convirtiendo este club.

Pero como en el Oviedo de Alberto, la chifla y la pandereta son su mayor cualidad, la recompensa a semejantes aberraciones son la continuidad del entrenador del Vetusta en una decisión que roza lo grotesco. Bien es cierto que el objetivo era el ascenso y se consiguió tras una agónica promoción, pero las formas no son, ni muchísimo menos, las de un club señor como el Real Oviedo.

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